En nuestras iglesias siempre habrá personas que nos tergiversen a Dios. Líderes que tienen en mente su propia agenda y no la voluntad de Dios. Juan el apóstol expone a una de esas personas en la iglesia llamada Diótrefes. Posiblemente un anciano de la iglesia que estaba abusando de su autoridad y lastimando a las ovejas de Dios. Personas que son impulsadas a realizar ministerios egocéntricos basados en el hambre de poder y la autoexaltación. Juan nos enseña los peligros que estas personas traen al dirigir sus ministerios promoviéndose a sí mismos en lugar de promover al Señor. Veamos los peligros que los ministerios egocéntricos traen a la iglesia.
9 Yo he escrito á la iglesia: mas Diótrefes, que ama tener el primado entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo viniere, recordaré las obras que hace parlando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe á los hermanos, y prohibe á los que los quieren recibir, y los echa de la iglesia. Yo he escrito á la iglesia: mas Diótrefes, que ama tener el primado entre ellos, no nos recibe.
10 Por esta causa, si yo viniere, recordaré las obras que hace parlando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe á los hermanos, y prohibe á los que los quieren recibir, y los echa de la iglesia.
3 Juan 1:9-10